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Ruta: Logroño - Puente Mantible

Ruta: Logroño - Puente Mantible Hoy hemos decidido realizar la ruta que nos llevara hasta el Puente Mantible y tener la ocasión de conocer esta magnífica obra pública de la época romana, que se construyó en el siglo II d.C. Este colosal puente unía las dos orillas del Ebro, y para darnos cuenta de su magnitud basta con ver la anchura que tiene el río en este punto. Su longitud era de 164 metros, tenía una altura máxima de 30 metros y estaba compuesto por siete arcos de medio punto. Hoy en día, sólo quedan dos en pie y también se conservan restos de los pilares de los restantes. El puente se destruyó en la Edad Media, en torno al siglo XIV. Con una mañana gris, y amenaza constante de lluvia comenzamos la ruta sobre las 10:00 de la mañana. Hemos quedado en las proximidades de la "Rotonda del Olivo y acudimos a la cita: Rubén, Jesús, Javi y Esteban. Antes de comenzar, ponemos a punto las bicis, y arrancamos dirección al Puente Mantible, por la pasarela que atraviesa las vías del tren y tomamos dirección hacia el Parque de los Enamorados, desde aquí continuamos dirección a El Cortijo, dejando a la derecha el camino que lleva al vertedero municipal y subiendo poco a poco las rampas que nos llevan a las antenas, antes de girar a la derecha y presentarnos en barrio logroñés de El Cortijo, tomamos el camino que nos lleva hacía el río Ebro, a través de una senda que bordea el río, en lugar de coger el camino tradicional. Nada más concluir el descenso que que da junto al río tenemos dudas del camino que debemos de seguir, hasta que damos con el camino que pasa junto a las bodegas y la gravera, para proseguir la marcha a través de una viña llena de piedras hasta el Puente Mantible, donde después de una pequeña parada para disfrutar de las vistas seguimos por un camino que nos conduce a una zona de recreo, con asadores y juegos para niños, junto al río Ebro y tras pasar un pequeño túnel, tomamos el camino de la izquierda que conecta con la Vía Verde y nos presentamos en la fuente que hay junto a la ermita del Cristo de la localidad riojana de Fuermayor, donde tomamos un poco de agua y comemos unas chocolatinas para recobrar un poco de fuerzas. Tras la paradita de rigor, tomamos un camino que hay a la derecha y nos lleva después de una subida poco técnica, pero si exigente, a unos viñedos, donde nos tenemos que poner los chubasqueros por las primeras gotas de agua que comienzan a caer. Desde aquí y por los caminos que hay en el pinar que hay detrás de la gasolinera de San Camilo y se contempla el Pantano de la Grajera, disfrutamos subiendo unas pendientes técnicas y no faltas de dificultad, hasta que tenemos que atravesar una viña, antes de pasar frente a la entrada del edificio del Observatorio Meteorológico y de aquí hasta el Arco de Navarrete por el que proseguimos hasta enlazar con la calle Carmen Medrano, donde damos por concluida la ruta y comenzamos la degustación de morros y cervezas en el Bar Boca-Boca de la calle Beratúa de Logroño.